El aceite de oliva virgen, se define como el aceite obtenido del fruto del olivo únicamente por procedimientos mecánicos o medios físicos en unas condiciones térmicas que no alteren el aceite y que no hayan tenido más tratamiento que el lavado, la decantación, centrifugación y filtrado. En conclusión se puede decir que se trata de un zumo de aceituna 100% natural.

El aceite de oliva virgen extra, conserva un fragante aroma y sabor, contiene vitaminas y antioxidantes naturales, propiedades que le confieren una gran calidad nutricional y organoléptica, parte fundamental de la dieta mediterránea. Conocido y utilizado desde tiempos inmemoriales en toda la Cuenca Mediterránea y actualmente en el mundo entero, por su gran valor nutritivo y por sus efectos beneficiosos para la salud del consumidor. Es el único aceite vegetal que puede ser consumido directamente tal y como se obtiene, y se confirma como la grasa más cardiosaludable de todas las que en la actualidad se consumen.

El análisis sensorial es un examen de los caracteres organolépticos de un producto, susceptible de ser percibidos por los sentidos. Es una disciplina científica, usada para medir, analizar e interpretar las reacciones humanas ante aquellas características de los alimentos que son percibidas por los sentidos.

Nuestro virgen extra, sentido y sensibilidad, equilibrio y armonía, aromas y sabores que evocan y recuerdan que nuestra tierra fue labrada y moldeada por antiguas y modernas civilizaciones, que con su trabajo e impronta diaria, arrancaron lo mejor de ella misma. Fenicios, Romanos, Árabes y Pueblos Contemporáneos, que aunaron esfuerzos y conocimientos, para que el olivo y su zumo, símbolo de justicia en Egipto, de honor y gloria en Grecia y Roma, de paz en el mundo entero, ungüento y revitalizador medicinal, líquido energético, elixir y alimento de dioses y hombres, siga conformando nuestro paisaje, deplacer, porque tenemos que seguir sintiéndolo.